Xe’ek es una ensalada tradicional yucateca de frutas cítricas, que suele colocarse como ofrenda en los altares durante el Día de Muertos. La palabra proviene del maya y se pronuncia “sheh-ek”, y su significado es precisamente eso: mezcla.
Los mayas, como muchas otras culturas, veneraban a sus ancestros no por el hecho de haber muerto, sino por la sabiduría que dejaron a su paso. Recordarlos es una forma de honrar su conocimiento.
Hace unos días me topé con una frase que resonó profundamente:
“Si la verdadera realidad es un campo fluctuante de frecuencias activadas por la atención y la emoción...”
Y luego está otra:
“Si puedes observar el pensamiento que te piensa, puedes salir del sueño.”
Reflexionando con la mente abierta...
Empecemos con la primera frase:
Muchas veces escuchamos que la vida está llena de posibilidades, o que “lo que emites, atraes”. Sin decirlo, estamos hablando de física cuántica y espiritualidad. La idea de frecuencia se vuelve una forma simple de comprender al alma.
Imaginemos por un momento que la realidad es un campo lleno de frecuencias. Cada frecuencia es una posibilidad, como ondas flotando a nuestro alrededor, sin haberse definido aún. Cuando enfocas tu atención —cuando observas con intención— activas una de esas posibilidades.
La intensidad de tu emoción y la claridad de tu intención son los activadores que le dan forma a la realidad. No solo percibes el mundo: también lo influencias, constantemente, muchas veces sin darte cuenta.
Desde la espiritualidad moderna, también se habla de cómo nuestras emociones y pensamientos emiten una frecuencia. Joe Dispenza ha explorado esta idea a través de estudios que combinan neurociencia, física cuántica y meditación.
¡Interesante!, ¿verdad?
Entonces cuando escuchas: “si cambias tu forma de pensar, cambiarás tu mundo”, no es solo una frase bonita, sino una verdad profunda.
Ahora pasemos a la segunda frase:
“Si puedes observar el pensamiento que te piensa, puedes salir del sueño.”
¿Cuántos pensamientos cruzan tu mente asumiendo que son tuyos… pero, ¿realmente lo son?
Podemos imaginarlos como ondas fluctuantes, compartidas en un mar colectivo de pensamientos que todos emitimos y recibimos.
Seguro te ha pasado que alguien te da paz, o inquietud, solo con su presencia. Tal vez es porque su campo de pensamientos —esas ondas invisibles— están en resonancia o disonancia con el tuyo.
Esa voz interna que juzga, recuerda, se preocupa o fantasea es tan constante, que solemos identificarnos con ella. Pero no eres esa voz: eres la conciencia que la escucha.
Y cuando puedes observar esos pensamientos, en vez de dejarte arrastrar por ellos, entras en introspección.
Puedes decir: “Sí, así me sentí en aquel momento... pero eso me hizo crecer, y hoy estoy aquí, con más fuerza y conciencia.”
Esa es la diferencia entre reaccionar y responder. Entre repetir y transformar.
“Salir del sueño” es una metáfora para despertar: dejar de vivir en piloto automático y comenzar a habitar la vida con atención y presencia.
En resumen, estas frases nos invitan a ver la realidad no como algo fijo, sino como algo que se activa con nuestra conciencia.
Y al volvernos conscientes de nuestra mente, nos liberamos del condicionamiento automático.
“Honro lo que me trajo hasta aquí, pero ahora camino con mis propios pies.”
¿Y tú? ¿Has sentido cómo tu atención transforma lo que vives?
Comparte tu experiencia en los comentarios o envíame tus reflexiones. Sigamos expandiendo juntos esta conciencia vibrante. 🌿✨