A veces creemos que el conocimiento es solo cuestión de memoria, de fórmulas exactas y palabras repetidas hasta que se incrusten en la mente.
Pero no.
El verdadero conocimiento tiene alma.
Todo tiene frecuencia.
No es solo lo que dices, sino cómo vibra lo que dices en el aire.
Una palabra mal dicha puede romper la armonía, como una nota fuera de tono en una sinfonía.
Y, en cambio, un simple “hola, buen día” dicho con intención pura puede tocar a alguien que ni siquiera comparte tu idioma… o tu mundo.
Vivimos en una realidad saturada de información contradictoria.
A veces es difícil reconocer la verdad.
Pero la vibración no miente.
Porque hay algo más allá de lo racional.
Así como hay personas que, sin conocerte, te atraviesan con su energía…
también existen letras, frases y saberes que no entiendes con la mente, pero que reconoces con el corazón.
El corazón sabe.
Reconoce la mentira, incluso cuando viene envuelta en palabras hermosas.
Porque sintoniza con la frecuencia, con la armonía… no con la cronicidad.
La mente puede analizar.
Puede incluso afirmar una mentira bien disfrazada.
Pero es el corazón el que siente si es una verdad envuelta en mentiras…¿O una mentira disfrazada de verdad?
Y cuando logras silenciar la mente, aunque sea por un instante.
Puede escuchar la música silenciosa del conocimiento vivo.
Esa vibración que une mundos,
Es esa conexión que no necesita pruebas ni permisos.
Solo presencia.
Quizá no seas de esta realidad.
Quizá te sientas ajeno a todo.
Y, sin embargo…
Si te atreves a sentir con el corazón, el alma de las palabras te encontrará.
Porque el conocimiento no es propiedad de nadie.
Es un río que fluye a través de quienes están dispuestos a escuchar con algo más que los oídos.
A veces confundimos muchas cosas… el amor con la pasión, el impulso con el destino.
Pero la paz no se puede fingir.
Cuando alguien te da paz, sin hacer nada extraordinario, sin explicaciones, ese es el camino.
Porque la paz es la música más silenciosa del alma.
¿Alguna vez has conocido a alguien que hizo que tu corazón sintiera paz, sin razón aparente?
Si la respuesta es sí, entonces ya has escuchado el conocimiento del alma.
Y si no… date la oportunidad.